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Mostrando las entradas de mayo, 2018

No quiero ser igual que mis padres.

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No quiero ser igual que mis padres. No quiero que mis hijos sufran lo que yo sufrí. Son frases que escucho con cierta frecuencia, pues hay muchas personas que tuvieron experiencias muy difíciles en su infancia, relacionadas con sus padres : abandono, negligencia, violencia, son sólo ejemplos de lo que puede marcar a un hijo, y en este caso a quienes actualmente somos padres. Lamentablemente cuando no se procesan estas emociones de forma correcta suelen tener muchas complicaciones, en especial cuando a esa persona que creció en una familia nociva empieza a querer construir su propia familia. Como padres, necesitamos   perdonar y sanar las heridas relacionadas con nuestra infancia y la relación con nuestros padres. Explicaremos el aspecto teórico de cómo sanar esas heridas de la infancia. Las heridas psicológicas o emocionales son como las físicas inevitablemente vamos a tener varias en nuestra vida , igual que esas heridas físicas hay heridas emocionales de diferentes in...

Comprensión Lectora, como entender mejor las lecturas.

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Es necesario  entrenar a los niños para que sepan extraer las ideas principales de los textos. podemos utilizar para este fin cualquier lectura en la que deban comprender varios contenidos, cualquier tema de que sea de su interés .  Una vez que hayan terminado de leer, es necesario hacerles preguntas abiertas en las que pueda contestar varios contenidos. P ara que las respuestas que den a las preguntas que  hagamos no sean monosilábicas, literales o con las mismas palabras del texto. Intentaremos estimularlos para que respondan con sus propias estructuras gramaticales. Es necesario enseñarlos a ampliar y enriquecer su vocabulario aprovechando las palabras que nos brinda el texto. Se podrán buscar sinónimos, antónimos…jugaremos con los significados. Según el grado del niño, estaremos al pendiente de ir completando estos pasos: de 1 a 3 para PRIMER GRADO, 1 A 7 para SEGUNDO GRADO, 1 a 10 para TERCER GRADO, TODOS LOS PUNTOS DE 4° A 6° GRADO. Leeré despacito ...

Por más que le hablo a mi hijo, no me hace caso.

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Por más que les hablo a mis hijos, no me hacen caso. Sabemos que debemos ser firmes, y   que saber que solapar a los caprichos de los hijos es negativo, sabemos que necesitan reglas firmes y claras en el hogar y aun así no hacemos nada de esto. Pues a la hora de tener que actuar con firmeza tratamos de razonar con los hijos y esperamos que hagan caso, si se les repiten las cosas muchas veces; creemos que si los amenazamos con alguna prohibición cambiaran su conducta. Aunque sabemos bien que no cumpliremos las amenazas o basta con que los hijos lloren para retirarles cualquier consecuencia que se hayan ganado con sus malas acciones esto no es una forma de juzgar a aquellos padres que no pueden ser firmes, al contrario, lo hago para que reflexionemos que ser una figura de autoridad también requiere de esfuerzo y conocimiento por parte de los padres, si fuera tan fácil todos lo harían. Muchas personas tienen miedo a ser firme con sus hijos pero sobre todo, cómo superar es...

Cuando los niños se vuelven adolescentes.

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Con frecuencia la relación que tenemos con nuestros hijos, genera problemas, fricciones, discusiones reclamos, y estos de vuelven más frecuentes mientras los hijos van llegando a la adolescencia, mientras transitan por este periodo de desarrollo tan importante en sus vidas. Tampoco será para siempre.   Sin embargo la situación puede llegar a tornarse grave y afectar la estabilidad familiar y es aquí donde los padres debemos hacer gala de todos los recursos que tengamos a la mano y de la ayuda que podamos conseguir . Sabemos la importancia que tiene la etapa de la adolescencia en los hijos sin embargo se habla muy poco de todo el significado y afectaciones de esta etapa del desarrollo de los hijos, en los padres . Esta etapa es fundamental para poder hacer un buen trabajo de crianza pues en muchos casos se quiere seguir tratando a los hijos adolescentes o incluso adultos como si se tratarán de niños y como es de esperarse los resultados no son buenos. Hay muchos ejempl...

Cuando perdemos la paciencia como padres 2.

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Cuando perdemos la paciencia como padres. II Claro que se puede hablar con el hijo y explicarle todo con respeto, pues el mensaje que se le debe dar es que  la vida puede ser muy dulce y maravillosa sí se esfuerza por comportarse de manera correcta , pero si nuestro hijo actúa mal gritando y pataleando lo más naturales que nosotros respondamos en el mismo tenor sin embargo la diferencia es que él es un niño y nosotros adultos ¿Quién crees que tiene más capacidad y responsabilidad de comunicarse con tranquilidad? Es importante que implementemos reglas y lineamientos justos y firmes pero no necesitamos hacerlo gritando, con rabia o como si estuvieras peleando con tu hijo, por el contrario si lo hacemos serena, seria y firmemente. Pues cuando descubras que no requieres intimidar a tus hijos pues tu firmeza y tus acciones son suficientes para que él obedezca, ¡no perderás la paciencia! Aunque la mayoría confunde la firmeza o ser estricto con pasársela grité y grité ,...

Cuando perdemos la paciencia como padres 1.

Cuando perdemos la paciencia como padres. Muchos padres y madres hemos dicho alguna vez: “¡No tengo paciencia con mi hijo!” ¿Qué nos hace pensar eso? y la respuesta, viene casi siempre con la misma historia: “Al pedir que a los hijos obedezcan, tratamos de hablar con ellos explicándoles, intentando motivarlos, y los niños simplemente no hacen caso" y por más que intentamos tener paciencia y seguir pidiéndoles por favor que obedezcan, terminamos perdiendo la compostura gritándoles, regañándolos, castigándoles o incluso pagándoles, lo cual no sólo hace sentir mal a los niños, sino que  también los padres terminamos con gran remordimiento”. ¿Cómo podemos decir que no les tenemos paciencia si pedimos una y otra vez a los hijos que hagan caso? ¡para eso se necesita mucha paciencia! Hay que ser comprensivos con nosotros mismos, la paciencia también tiene un límite, el problema aquí no es si los padres carecemos o no de paciencia, más bien el problema es que tenemos tant...